No, la traducción jurídica no es lo mismo que la traducción jurada.
La traducción jurídica es una traducción simple de un documento del ámbito jurídico. Esta traducción no tiene ninguna validez legal y se suele entregar en formato Word o PDF por correo electrónico. Los textos que suelen requerir este tipo de traducción son: escrituras de constitución, estatutos sociales, contratos, testamentos, memorandos de entendimiento (MOU), sentencias de divorcio, etc.
Por otro lado, la traducción jurada es un tipo de traducción oficial que debe ser certificada por un traductor acreditado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. Es una traducción que tiene un carácter legal y que certifica que el contenido de la traducción se corresponde al 100 % con el contenido del texto original, por lo tanto, irá firmada y sellada por un traductor jurado nombrado a tal efecto.
Las traducciones juradas suelen ser imprescindibles a la hora de aportar traducciones ante organismos públicos, entidades oficiales, centros de estudios, tribunales, etc. Es también muy normal requerir la traducción jurada de contratos entre dos empresas para asegurar así la veracidad e imparcialidad del documento que se está firmando.
Los textos que suelen requerir traducción jurada son: actas y escrituras notariales, poderes notariales, certificados de nacimiento, certificados de defunción, antecedentes penales, títulos universitarios, expedientes académicos, etc.
En ocasiones, un texto de carácter jurídico puede requerir una traducción jurada si lo que se necesita es presentarlo ante un organismo público o jurídico (juzgados, tribunales, entidades oficiales…), pero no siempre una traducción jurídica requerirá este proceso.